Buenos Aires
 

Los riñones eliminan la mayorìa de los medicamentos que se consumen, muchos de ellos son tòxicos y su uso prolongado produce daño en los mismos, llevando a la insuficiencia renal. Por eso aconsejamos NO AUTOMEDICARSE, siempre consultar con su mèdico, quièn evaluarà el grado de toxicidad en la funciòn renal.

 

 

 

Los riesgos de automedicarse

Cuáles son las pastillas más comunes que se toman sin consultar a un profesional. Qué es la resistencia antibiótica.

Tomar medicación sin consultar a un profesional puede ser más contraproducente de lo que se cree.

Tomar medicación sin consultar a un profesional puede ser más contraproducente de lo que se cree.

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Por   Mariana Lestelle

Cuando un paciente llega a la consulta, una de las cosas que preguntamos es sobre la “medicación habitual”, es decir que medicamentos toma con regularidad, en que dosis, porque los toma y quien se los indico. Y claramente surge la llamada   automedicación, o el uso indebido de medicamentos.

No es necesario ser médico para darse cuenta del crecimiento de este fenómeno. Basta con contemplar en los mostradores de la farmacia las personas sin receta   que compran antibióticos, analgésicos, antiespasmódicos. Y  por que no mencionar, que también los vemos en los kioscos, lugar poco afortunado a mi criterio, para vender medicamentos.

A que se considera  Automedicación ?

•  Tomar medicamentos sin que los de él medico,

•  Seguir tomando una medicación que pudo haber prescripto el facultativo años atrás ante una patología, y que el paciente sigue consumiendo sin controles médicos periódicos.

•  Variar las dosis o la frecuencia con que inicialmente se receto un determinado fármaco.

Veámoslo con ejemplos: Cuantas historias conocen de allegados o incluso de ustedes mismos, que aceptaron un consejo de alguien que les dijo. “A mí cuando me duele la cabeza, el médico me da esto. Tomate uno”. Una amiga solidaria que entiende que lo tuyo puede ser “nervioso” y pronta te da un ansiolítico. Cuantas veces escuchaste en la televisión, alguien diciéndole a otro “¿hoy no te tomaste la pastillita?” ¿Les resulta familiar   lo que comento?

Hace aproximadamente 10 años atrás en Estados Unidos se definió la   “Generación receta”   o generación botiquín, como me gusta llamarla a mí, para identificar a pacientes jóvenes que consumían los psicofármacos que había en el botiquín de la casa, desde el antidepresivo de la madre, hasta las pastillas del Parkinson del abuelo.

Hagan un ejercicio, miren el botiquín de casa, observen que medicamentos tienen, desde cuando los tienen, quien se los indico. ¿Miraron? Muchas cosas viejas que ya no saben porque están ahí, pero están, “por las dudas”

Si les preguntaran sobre “su medicación habitual”, algunos de ustedes me responderían “ninguna”. Pero si continuaran con el interrogatorio, y les preguntaran que toman cuando tienen acidez, los mismos que dijeron que no tomaban medicación, responderán que toman analgésicos para tal o cual dolor. Miren hasta que punto hemos llegado, que la aspirina, casi no es considerada un fármaco.

Por otra parte existe el imaginario popular, fomentado desde una sociedad de consumo, que hay una  “pastilla milagrosa”   para ser más flacos, más jóvenes, no tener dolor, o poder trabajar y salir de parranda.

Tenemos incorporados los medicamentos sin conferirle el adecuado valor y los   riesgos que implican   usarlos indebidamente .

El   uso debido   del medicamento, es el indicado por el médico ante el diagnostico de una patología, con una dosis determinada y una frecuencia determinada para su toma. Si se diagnostica una angina “roja” y se indica un antibiótico, la próxima vez que el paciente tenga dolor de garganta, va a ir a comprar lo mismo, sin pensar que esta vez el origen de su dolor puede ser otro.

El problema con el abuso de antibióticos, es que las bacterias, que son los microorganismos que estos combaten, son inteligentes, mutan, se hacen resistentes a ese antibiótico, y no solo para uno, si no para las personas a las que pueda contagiar esa bacteria. La   resistencia antibiótica   es un serio problema en la   salud pública.

Otros medicamentos de marcado uso indebido son los   analgésicos . Cuando un   médico prescribe   este tipo de medicamentos, trata el síntoma, o sea el dolor, pero también busca la   causa   de ese dolor. Si un paciente consulta por cefalea, lo primero que hacemos es descartar patologías que puedan comprometer al paciente. Muchos dolores de cabeza son por hipertensión arterial, y el   automedicarse retrasa el diagnóstico   de una enfermedad seria

Lo mismo sucede con el uso de   psicofármacos . A lo mejor un médico en algún momento los recetó por algo puntual, indicando controles, derivando al psicólogo o al psiquiatra. Y como estas drogas producen tolerancia el paciente sigue tomando el medicamento, haciéndolo a mayor dosis y con mayor frecuencia. No es raro que en el consultorio un paciente pida la receta de un psicofármaco, antiguamente indicado por un colega, y lo triste, es que muchas veces algunos médicos hacen la   “gauchada” perpetuando un mal hábito del paciente.

Cuando uno se automedica, tampoco tiene en cuenta los medicamentos   que sí tiene indicados , ni la posibilidad de   interacciones medicamentosas   entre ellos o de efectos adversos.

Los médicos   nos formamos   para buscar la causa de lo que sucede al paciente. Tapar el síntoma, sin dar con su origen, es el árbol que tapa el monte. Esto de   ser casi curanderos por naturaleza es peligroso , podemos terminar más enfermos,  tomando lo que “indica” la vecina.

 

 

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